MI HIJO ES UN CHIMPANCÉ OBSESO DE LOS BOLÍGRAFOS

Qué bonito es tener al niño pegadito a tí, que te abrace, que lo achuches (porque cuando sea mayor no podrás), jugar con él, todo muy bonito. Pero cuando todo se torna todo en  «reino de Mordor»y la paciencia se agota….tu pequeño pasa a ser un chimpancé que se engancha como tal mientras balbucea continuamente: uuuuuuu, baaaabaaa, tatata, porque aún no le ha dado la gana de decir algo. Así que ¿cómo traducimos eso? pues se consigue!!como las cuidadoras con sus monillos.

Si a esto se le une la obsesión  enfermiza de mi hijo por los rotuladores, lápices y ceras varias es un holocausto para su cuerpo y mi casa. Ahora mismo está pegado a «mi trasero» con la boca llena de tinta porque no se de donde coño ha cogido otro rotulador y señalando para la pantalla mientras dice «uuuuuuu» que creo que significa: jo con mi madre que me pone verde.

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